Desde el año 2017 formo parte de la Comisión Clínica del COP Bizkai. Esta comisión, todos los años, organiza una jornada denominada "Un caso en busca de Psicoterapia", que consiste en que se presenta un caso y tres profesionales, desde sus respectivas perspectivas, nos expliquen como lo abordarían. Después se establece un debate, en el que interviene el público. Lo que la gente de la calle desconoce es la, no ya competencia, sino pelea de tintes muchas veces barriobajera, que hay entre las diversas escuelas de psicoterapia. Si conociesen estas reyertas internas, lo mismo en vez de visitar nuestras consultas, se plantearían invertir su tiempo y dinero en un crucero.

Y, siguiendo con el asunto, por si lo anterior fuese poco, dentro de las propias escuelas de psicoterapia tienen lugar luchas, en este caso fraticidas, por el mismo motivo, que es lo que ha sucedido en la historia de muchas organizaciones (vease la historia de la iglesía católica o del psicoanalisis): pasta y poder. ¿Cómo sino se puede un explicar que haya en europa más de 200 escuelas de psicoterapia corporal? ¿Da para tanto este tipo de psicoterapia? La explicación es bien sencilla, y sucede en muchos colectivos u organizaciónes: en un corral hay un gallo o una gallina, que controla el cotarro, y a la cual todos siguen fielmente, en cuanto lider "natural" del grupo. Pero un día aparece otro gallo o gallina, con su también correspondiente ego inflamado, y con el surgen las fricciones hasta el momento de la escisión, en que abandona el corral con sus fieles seguidores, creando su propia escuela.  Capillas y capillitas, como leía hace poco. Y eso sí, luego, y digo luego, ya se buscarán argumentos científico-técnicos que justifiquen tal escisión. 

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